viernes, 5 de septiembre de 2008

LA BARBARIE NO TIENE LIMITES



El voto con el que el Parlamento europeo ha aprobado la norma sobre las repatriaciones es una vergüenza, una violación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y una traición de los mejores momentos de la historia europea, basados sobre los ideales de democracia y de tutela de los derechos de cada persona

Encerrar por un máximo de año y medio a personas que no han cometido ningún crimen pero que, sencillamente, no tienen el permiso de residencia, significa encarcelarlas no por aquello que han hecho, sino por lo que son: estó es una atrocidad jurídica y moral que nos hace volver a los tiempos oscuros del nazismo, cuando judíos, opositores, homosexuales y gitanos terminaban en los campo de concentración sencillamente por lo que eran. Y permitir la repatriación forzada hacia países diferentes del de origen significa condenar a millares de personas a desaparecer en los campos de concentración del desierto libio.

Europa contesta con estas medidas vergonzosas a quien huye de la miseria, del hambre y de las guerras; es muy grave que muchos europarlamentarios que se dicen de izquierda se hayan abstenido, demostrando una vileza y una hipocrisia que los hace indignos de representar las esperanzas de quién los ha elegido. En este punto nada los distingue ya de los peores racistas.

Invito a todos los que se sienten ofendidos, preocupados y indignados por esta ofensiva racista a unirse para contestar juntos a este triunfo de la brutalidad y la discriminación, para cambiar la trágica dirección autoritaria y violenta emprendida por los gobiernos de Europa, que se olvidan del pasado.

Giorgio Schultze, Portavoz europeo del Nuevo Humanismo

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