viernes, 10 de junio de 2011

Quien muera antes de morirá jamás

"En homenaje al ser mas luminoso y bondadoso que conocí.
Al Maestro Silo, con un profundo agradecimiento y la promesa de encontrarnos cuando profundice en mi. Gracias por el privilegio que tuve en conocerte !" Jose María C.


jueves, 9 de junio de 2011

El despertar de la Mirada del Sentido

Muchas gracias por estar aquí en el Parque de Estudios y Reflexión Attiglinano, muchas gracias por traducir y publicar este libro, muchas gracias por estar juntos en este momento. Trataré de encontrar con ustedes qué se quiso decir con “La Mirada del Sentido”.

A mediados del año 2002 en varios países de Europa y América, Silo entregó su mensaje sobre la inmortalidad, lo sagrado, y de los procedimientos para acercarnos a esa experiencia. En Santiago en el estadio deportivo Nataniel asistí a sus explicaciones. En un momento nos invitó a realizar la ceremonia de imposición de la Fuerza. Es frecuente que cuando tomo contacto con esa energía mental, me recorra una suave alegría y un sentimiento de que todo está muy bien, de que todo va a estar muy bien. Cuando abrí los ojos terminada la experiencia, paseé la mirada por cada uno de los miles de asistentes, observé que distinguía cada rostro con una nitidez inusual, sentía que conocía a cada uno y que un afecto muy liviano pero intenso me unía a todos.
Cuando terminó el acto en el estadio, Silo y varios amigos se reunieron en mi casa, recuerdo todavía sus comentarios. “Cada cultura en distintas épocas descubre un camino para entrar en lo profundo, en las experiencias de Sentido. El Mensaje es el camino que corresponde a esta época de mundialización, a este momento en que las distintas culturas y creencias se encuentran y chocan. Estos son los procedimientos para este momento y quien los tome encontrará el hilo del sentido”. Quizás fue ese mismo día que comenzó a escribirse el libro que estamos presentando.
Cuando busco el sentido de mi vida me encuentro con varias dificultades.

La primera dificultad es que no es verdad que busco sentido en mi vida, la mayor parte del tiempo experimento que mi vida sí tiene sentido. Es muy difícil buscar algo que se cree que ya se tiene. Sin embargo en esta época de cambio veloz, los acontecimientos golpean nuestras creencias y eso provoca sufrimientos tan grandes, que terminamos por reconocer que estamos totalmente perdidos y nuestra vida no tiene ningún sentido. Estos baldes de agua fría que la vida nos arroja una y otra vez, es la experiencia que llamamos de fracaso. Tenemos confundido el sentido de la vida con nuestros ensueños y deseos. Cuando esos ensueños fracasan, despertamos de la ilusión y nos damos cuenta que estamos perdidos y sin un sentido verdadero. El fracaso permite a la conciencia liberarse por un momento de la prisión de los ensueños. Esta experiencia de fracaso es muy importante y es muy difícil de asumir. La experiencia de fracaso la vivimos todos, pero sólo algunos la reconocen y muchos la ocultan o la niegan. Cuando ocultamos o negamos nuestros fracasos caemos en el resentimiento, la depresión o el pánico. El reconocimiento del fracaso nos despierta de la ilusión que tiene prisionera a la conciencia, y nos deja en libertad de iniciar una búsqueda nueva. Por esto decimos que esta búsqueda y esta enseñanza es “para los que llevan el fracaso en su corazón”.
Otra dificultad en la búsqueda de sentido, es creer que lo real es externo a la propia conciencia. Nos pareciera que la conciencia capta un mundo externo que es “real”. Creemos que existe una realidad en sí, fuera de la conciencia y que nuestra limitada conciencia no es capaz de captarla en su totalidad. Como creemos que allí afuera es donde está lo real, buscamos lo real y verdadero fuera de la mente. Pareciera que la cosa es de modo muy distinto. La conciencia no capta la realidad sino que la construye y capta el reflejo de su propia intención, capta el mundo que ella misma está construyendo. Entonces lo real es una categoría que no es posible de usar sin considerar a la conciencia. Es difícil concebir la estructura conciencia-mundo, nos parece que fueran dos cosas, por un lado la conciencia y por otra el mundo, pero es una estructura, es indivisible y no es posible la existencia de solo uno de los términos. Si hablamos de forma y color, entendemos que es imposible que concibamos una forma sin un color, o un color sin una forma; lo mismo sucede con la conciencia, es una estructura conciencia-mundo.
Vivimos totalmente confundidos con el mundo externo y todas las proyecciones y construcciones de la conciencia nos parece que tuvieran existencia en sí y fuera de ella. El amor por ejemplo, nos pareciera que proviene de la persona amada, y no observamos que ese amor que se despertó dentro mío es proyectado a la persona amada. Dios, nos parece que es una sustancia externa a la propia conciencia y el Sentido es algo que nos falta y nos tiene que llegar también de afuera. No podemos conocer la realidad, porque creemos que lo real es externo a la conciencia
En esta búsqueda de sentido se va despertando en nosotros una mirada interna, una mirada que adquiere una profundidad distinta a lo que reconozco como yo, una mirada que observa al yo y está a cierta distancia del yo. Es una mirada muy sensible, una mirada que pone un haz de luz sobre mis contradicciones y mis naufragios. La búsqueda de sentido despierta una mirada interna, pero ésta en lugar de encontrar lo que ensueño y lo que deseo o lo magnífico que soy, se encuentra con mis límites, mi dependencia, mi contradicción, con mi temor, en definitiva con mi yo y sus apetencias. Si la mirada interna es capaz de aceptar eso que ve, si es capaz de observarlo con afecto, la mirada interna tomará contacto con una quietud interna, con un centro, consigo misma.
La última dificultad en la que quiero reparar en este escrito, es la lucha que tenemos que dar con el fantasma de la nada. Las experiencias que nos confirman que hay otra realidad a la cotidiana, comenzamos a degradarlas y a considerar que no son relevantes. Para qué tanto esfuerzo susurra la nada, si al final del camino no encontrarás nada. Los fantasmas no hacen daño pero asustan, nos escondemos debajo de las sábanas y nunca sabemos si existen o no existen. Así pasa con el muro de la muerte, asusta y nunca lo enfrentamos. Si levanto la vista con sigilo por encima de las sábanas, los fantasmas revolotearán a mi alrededor, sostengo la mirada, y la mirada se internaliza, la calma llega más allá del temor o la confianza.
Estas tres dificultades, la ilusión de la conciencia que cree que tiene sentido, la confusión de la mirada que cree que capta el mundo externo, y la creencia en la nada, son propias de nuestro momento de evolución. Esta es la situación actual de la conciencia y por eso la búsqueda de sentido es también la búsqueda de un salto evolutivo. Me parece que ese es el intento que hacemos en estos Parque de Estudio y Reflexión en todo el mundo.
Muy adentro de cada uno está la experiencia del sentido, allí está lo que verdaderamente es.
Pero cómo acceder a ello y cómo hacer para que se exprese en el mundo.
Al tratar de comunicarme con eso me doy cuenta que es muy difícil y entonces tomo actitudes doctorales y trato de explicarlo. Pero eso vive en mí y me contiene, está adentro mío pero no es propio mío, se me escabulle en el discurso y me confundo. A veces, eso encuentra el modo de reflejarse y a veces tú lo captas y entonces un sentimiento muy grande nos une y nos basta. Entonces algo me acompaña y mira y observa a través de mis ojos. Digo que es la mirada interna, es la mirada interna que ya no está aferrada a los sentidos externos, o a los problemas o al yo, sino que se está mirando a sí misma y viendo su reflejo en todo lo que toca y a veces se encuentra con lo mismo que mira desde ti.


El Mensaje de Silo, provee los procedimientos para tomar contacto con esta realidad interior. El trabajo con la Fuerza, el pedido y el agradecimiento, la meditación sobre quién soy y adónde voy, la meditación sobre si hay sentido en la vida o si todo termina con la muerte, son modos de despertar la mirada interna para que amanezca y mire con la luz del sentido. La mirada interna no descubre quien soy, pero observa que no lo sé; la mirada interna no me libera del deseo, pero sabe que me tiene prisionero; no sabe lo que pasará con mi muerte, pero sabe que moriré; no es la mirada del triunfo, es la mirada del fracaso. No tiene las respuestas pero observa desde la calma.


En este adiestrar una nueva mirada de la conciencia, una mirada más interna, no confundida con el yo, sino que observa al yo, pudieran devenir otro tipo de experiencias, experiencias extraordinarias provenientes de los espacios más profundos de la conciencia. Experiencias de conmoción y totalizadoras que muchas veces tenemos pero que no reconocemos por que la mirada interna está dormida o identificada con el yo.
Esta experiencia de sentido que estamos intuyendo no es exclusiva del mundo interno, eso que allí pasa, empuja por expresarse y realizarse en el mundo externo. Es la acción humana la que traslada el mundo interno hacia el mundo externo, y así trasladará los significados provenientes del mundo del sentido, o trasladará también su sufrimiento si la conciencia ha sido atrapada por la contradicción.
Es gracias a la representación que se desplazan las cargas de energía síquica que movilizan al cuerpo. Es la representación emplazada en determinada zona del espacio de representación la que moviliza la acción del cuerpo. Esas representaciones son síntesis de conciencia, síntesis de todo lo que pasa en el mundo interno y configuran los ensueños que orientarán y moverán el cuerpo hacia el mundo externo. En esa síntesis de conciencia está traducido en imágenes todo el sistema de tensiones sicofísico. En esos sistemas de tensiones están también los instintos básicos de la vida junto a nuestros temores. Todo eso se sintetiza en representaciones y estas mueven al cuerpo. Pero además de ese sistema de tensiones, también se traducen en la conciencia las señales provenientes de las zonas de la conciencia que están más allá de la representación, zonas irrepresentables que cuando la conciencia las roza son las responsables de las experiencias extraordinarias, que traducimos como conmoción, comprensión total, eternidad.
Estos son significados para la conciencia que se sintetizan en las representaciones y van impulsando los destinos humanos. Esos significados empujan para ser expresados en el mundo externo.

¿Pero de qué estamos hablando cuando hablamos de mundo externo? El mundo externo no es el mundo de las cosas, es fundamentalmente el mundo de los otros seres humanos, las otras intenciones, es la exteriorización del mundo interno de los otros seres humanos. Por lo tanto, cuando hablamos de la estructura conciencia-mundo, se trata de una estructura de conciencia con las otras conciencias que están fuera de mí, fuera de mí en cuanto a espacio, pero incluso en estructura con otras conciencias fuera de mi tiempo, puesto que se trata también de la exteriorización del mundo interno de generaciones anteriores. Cuando decimos que la conciencia traslada el mundo interno hacia el mundo externo modificándolo estamos hablando de la transformación del mundo humano.

Entonces el Sentido es una experiencia que se accede al despertar la mirada interna, es una experiencia que se encuentra en la interioridad, en lo profundo de la conciencia; esa experiencia está más allá de lo representable y la conciencia la traduce en representación; esa representación son los significados que impulsan la acción hacia el mundo externo, que es el mundo de los otros seres humanos.

¿Quiénes son los otros seres humanos?, Lo humano un impulso de libertad que se busca a sí mismo y por ello la materia, la vida, la conciencia, y en un próximo paso la conciencia de sí mismo y del sentido. Suavemente la mirada interna despierta, observa y trasluce el sol de la mañana. Quién eres tú sino la misma libertad trasladando el sentido, el ser al mundo, a mi mundo, al mundo de todos. Qué la contradicción no interrumpa tu acción ni la mía para que el sentido se abra paso en nuestro mundo, humanizándolo.

Una última reflexión. Un salto evolutivo en la conciencia sería posible si podemos verificarlo en la propia experiencia y en la de grupos humanos que trabajan en esa dirección. No creo que tengamos esa posibilidad si planteamos esta búsqueda como una tarea individual y aislada. El trabajo con la Fuerza, con la energía mental, que es una experiencia muy importante para esto, sabemos que aumenta su potencial cuando el trabajo es conjunto, sabemos que esos trabajos producen fenómenos de sincronía capaces de inspirar a enormes cantidades de gente que comparte esa experiencia, aunque no sean especialistas en este tipo de meditación. Por otra parte, el proyecto de Humanizar la Tierra o la construcción de una Nación humana universal, son imágenes convergentes capaces de orientar la acción individual o la acción de cualquier cultura, sin interferir en las creencias particulares, permitiendo reencontrar un significado profundo y universal para trasladar al mundo.

Dario Ergas
Parque de Estudio y Reflexión Attigliano
Italia, 20/5/11

viernes, 3 de junio de 2011

EJEMPLO DE BANCA SIN INTERES

No es ninguna novedad: Bancos operan sin cobrar interés

¿Cansado de estar pagando intereses sobre pequeños préstamos? Si calificas para el banco JAK de Suecia, tienes razones para celebrar: ¡no te van a cobrar intereses!





Por Grace Chan, PNYV! Singapore
Uno podría preguntarse, cómo un banco que opera sin cobrar intereses, puede sobrevivir en esta sociedad obsesionada por las ganancias. La idea de un sistema bancario sin intereses puede parecer absurda, y para muchos de nosotros, incluso inconcebible. Aunque muchas entidades estatales siguen analizando cómo vérselas con esta extraña área de las finanzas, el modelo ha funcionado perfectamente para un creciente número de clientes.
El JAK Medlemsbank (Banco de Miembros) de Suecia ha probado ser una entidad exitosa sirviendo a las necesidades humanitarias y proporcionando préstamos sin interés. Éste es, posiblemente; el primer banco en el mundo donde los miembros comparten los beneficios de un sistema viable y libre de intereses, y en el que ellos mismos asumen responsabilidades.
Antecedentes
El Banco Sueco fue fundado en 1970 y obtuvo su licencia bancaria en 1997. Su nombre, JAK (Jord, Arbete and Kapital) significa tierra, trabajo y capital; los factores principales del crecimiento económico. Es una asociación cooperativa, donde sus miembros establecen las políticas y la dirección del banco. Los miembros votan por su junta directiva en la reunión anual y eligen cuatro auditores, un consejo ético, un comité electoral y grupos de trabajo. La forma de trabajo es muy simple: funciona como un banco por teléfono, tiene 24 oficinas regionales y su sede está en un pequeño pueblo llamado Skövde. No hay ninguna objeción en que sus miembros estén en el campo, y las 24 oficinas están regadas alrededor de todo el país.
Hasta hoy, el banco ha conseguido un gran éxito con aproximadamente 30.000 miembros en 2005. Ha entrenado voluntarios quienes organizan numerosas conferencias y exposiciones sobre desarrollo sostenible, equilibrio ecológico y consideraciones éticas, todo con la esperanza de promover el sistema e incrementar la atención de la gente en Suecia.
Este sistema bancario se relaciona con la banca islámica y se está popularizando en la sociedad actual. De acuerdo con el Instituto Islámico de Banca y Seguros, existen al menos 250 instituciones financieras islámicas alrededor del mundo, manejando un estimado de $200.000 millones.
La comunidad islámica considera el pago o el cobro de intereses como algo moralmente inaceptable. Los sistemas basados en el cobro de intereses funcionan sobre la base de unos depositantes, quienes normalmente tienen un excedente y quieren ganar más dinero a través de los intereses. El interés es a la vez financiado por quienes solicitan préstamos, y, frecuentemente, equivale a más del valor inicial de la deuda. Por lo tanto, este proceso de transferir riqueza del pobre al rico, o del campo a las áreas prósperas es visto como indeseable por la fe islámica y como algo condenable por la iglesia católica.

¿Cómo funciona?
En el sistema del JAK, la fortaleza está en los grandes números. Sumando los recursos de muchas personas, es más fácil para alguien recoger una gran suma de dinero. El valor que una persona puede pedir prestado se calcula a través de “puntos de ahorro”. Para un nuevo miembro, la primera etapa es ahorrar dinero y obtener puntos. Puesto de una forma simple, esto quiere decir que cada miembro que quiera pedir un préstamo debe ahorrar dinero primero y después de cierto tiempo, acumular tantos ahorros como dinero pedirá prestado. Los costos de administración son los únicos adicionales del proceso en el momento de tomar un préstamo. Los otros costos incluirían 200 coronas suecas (SEK) como tarifa de entrada al JAK y 200 SEK por año como tarifa de membresía.

Bajo riesgo, alta liquidez
Estos sistemas deben asegurarse de tener un bajo riesgo de que alguien no pague la deuda. Afortunadamente, el sistema de JAK tiene varios factores que permiten mantener este riesgo en un nivel bajo. JAK califica a los solicitantes bajo ciertos aspectos: tamaño del préstamo, duración (basada en la cantidad solicitada), pagos deseados, ingreso del solicitante, gastos, edad, género y puntos de ahorro. Estos factores hacen posible al banco evaluar la capacidad de pago del solicitante con la ayuda de software de computador.
Se procesan entre 20 y 25 aplicaciones semanalmente, de las cuales 95% son aprobadas. La mayoría de los préstamos se aseguran usando una persona que da garantía o usando los bienes personales. A los miembros se les involucra gradualmente en el concepto, acentuando el sistema del banco sin intereses. Por eso, se evita entregar préstamos sin estudio previo, para no correr el riesgo de que no puedan ser pagados.
Aun así, hay ciertos problemas con relación a la liquidez de este tipo de sistema bancario: primero, hay más solicitantes de préstamos que ahorradores; y segundo, puede haber retiros repentinos de ahorradores. Estas inquietudes se manejan con la política de JAK de mantener un mínimo de ahorro del 20%. Adicionalmente, la estabilidad se aumenta cuando más puntos de ahorro se entregan a cuentas de largo plazo. Además, JAK induciría también a ahorrar para cuando la persona se jubile por una de las siguientes razones: no habría ninguna pérdida en fondo de dinero ya que los miembros toman prestado entre unos y otros; los ahorros no estarían sujetos a incertidumbres especulativas y el sistema de préstamo tendría como resultado el pago de una suma total que se realizaría una vez el préstamo sea pagado con ahorros posteriores. La alternativa para demandas excesivas de préstamos sería poner a los solicitantes en una lista de espera o rechazar las solicitudes.

Conclusiones
Aunque esta forma de banca es extraña para las masas, es muy responsable. Sirve a los pequeños prestatarios, algo que no ocurre en la actual economía capitalista. Es un sistema que puede ser replicado por otras cooperativas, tomando en cuenta los aspectos éticos, para involucrar a prestamistas y prestatarios a organizarse para beneficiarse mutuamente. Promueve también el espíritu comunitario, en contraste con el sistema basado en intereses que se centra en el egocentrismo y la competitividad. De alguna manera uno no puede dejar de sentirse mucho más seguro respaldándose entre sí, que soportado por el volátil mercado financiero.




Links:
WEBSITE:
www.jak.se

ARTICULOS:
www.feasta.org/documents/review2/carrie2.htm www.businessweek.com/magazine/content/05_32/b3946141_mz035.htm

IMAGENES: copyright JAK bank

DOCUMENTO DEL MOVIMIENTO HUMANISTA

A proposito de quienes somos y que queremos los Humanistas Universalistas. Con ustedes, del año 1995 e inspirado en la doctrina de Silo, el DOCUMENTO HUMANISTA.

Los humanistas son mujeres y hombres de este siglo, de ésta época. Reconocen los antecedentes del humanismo histórico y se inspiran en los aportes de las distintas culturas, no solamente de aquellas que en este momento ocupan un lugar central. Son, además, hombres y mujeres que dejan atrás este siglo y este milenio, y se proyectan a un nuevo mundo.

Los humanistas sienten que su historia es muy larga y que su futuro es aún más extendido. Piensan en el porvenir, luchando por superar la crisis general del presente. Son optimistas, creen en la libertad y en el progreso social.

Los humanistas son internacionalistas, aspiran a una nación humana universal. Comprenden globalmente al mundo en que viven y actúan en su medio inmediato. No desean un mundo uniforme sino múltiple: múltiple en las etnias, lenguas y costumbres; múltiple en las localidades, las regiones y las autonomías; múltiple en las ideas y las aspiraciones; múltiple en las creencias, el ateísmo y la religiosidad; múltiple en el trabajo; múltiple en la creatividad.

Los humanistas no quieren amos; no quieren dirigentes ni jefes, ni se sienten representantes ni jefes de nadie. Los humanistas no quieren un Estado centralizado, ni un Paraestado que lo reemplace. Los humanistas no quieren ejércitos policíacos, ni bandas armadas que los sustituyan.

Pero entre las aspiraciones humanistas y las realidades del mundo de hoy, se ha levantado un muro. Ha llegado pues, el momento de derribarlo. Para ello es necesaria la unión de todos los humanistas del mundo.


I. El capital mundial


He aquí la gran verdad universal: el dinero es todo. El dinero es gobierno, es ley, es poder. Es, básicamente, subsistencia. Pero además es el Arte, es la Filosofía y es la Religión. Nada se hace sin dinero; nada se puede sin dinero. No hay relaciones personales sin dinero. No hay intimidad sin dinero y aún la soledad reposada depende del dinero.

Pero la relación con esa “verdad universal” es contradictoria. Las mayorías no quieren este estado de cosas. Estamos pues, ante la tiranía del dinero. Una tiranía que no es abstracta porque tiene nombre, representantes, ejecutores y procedimientos indudables.

Hoy no se trata de economías feudales, ni de industrias nacionales, ni siquiera de intereses de grupos regionales. Hoy se trata de que aquellos supervivientes históricos acomodan su parcela a los dictados del capital financiero internacional. Un capital especulador que se va concentrando mundialmente. De esta suerte, hasta el Estado nacional requiere para sobrevivir del crédito y el préstamo. Todos mendigan la inversión y dan garantías para que la banca se haga cargo de las decisiones finales. Está llegando el tiempo en que las mismas compañías, así como los campos y las ciudades, serán propiedad indiscutible de la banca. Está llegando el tiempo del Paraestado, un tiempo en el que el antiguo orden debe ser aniquilado.

Parejamente, la vieja solidaridad se evapora. En definitiva, se trata de la desintegración del tejido social y del advenimiento de millones de seres humanos desconectados e indiferentes entre sí a pesar de las penurias generales. El gran capital domina no solo la objetividad gracias al control de los medios de producción, sino la subjetividad gracias al control de los medios de comunicación e información. En estas condiciones, puede disponer a gusto de los recursos materiales y sociales convirtiendo en irrecuperable a la naturaleza y descartando progresivamente al ser humano. Para ello cuenta con la tecnología suficiente. Y, así como ha vaciado a las empresas y a los estados, ha vaciado a la Ciencia de sentido convirtiéndola en tecnología para la miseria, la destrucción y la desocupación.

Los humanistas no necesitan abundar en argumentación cuando enfatizan que hoy el mundo está en condiciones tecnológicas suficientes para solucionar en corto tiempo los problemas de vastas regiones en lo que hace a pleno empleo, alimentación, salubridad, vivienda e instrucción. Si esta posibilidad no se realiza es, sencillamente, porque la especulación monstruosa del gran capital lo está impidiendo.

El gran capital ya ha agotado la etapa de economía de mercado y comienza a disciplinar a la sociedad para afrontar el caos que él mismo ha producido. Frente a esta irracionalidad, no se levantan dialécticamente las voces de la razón sino los más oscuros racismos, fundamentalismos y fanatismos. Y si es que este neo-irracionalismo va a liderar regiones y colectividades, el margen de acción para las fuerzas progresistas queda día a día reducido. Por otra parte, millones de trabajadores ya han cobrado conciencia tanto de las irrealidades del centralismo estatista, cuanto de la falsedades de la democracia capitalista. Y así ocurre que los obreros se alzan contra sus cúpulas gremiales corruptas, del mismo modo que los pueblos cuestionan a los partidos y los gobiernos. Pero es necesario dar una orientación a éstos fenómenos que de otro modo se estancarán en un espontaneísmo sin progreso. Es necesario discutir en el seno del pueblo los temas fundamentales de los factores de la producción.

Para los humanistas existen como factores de la producción, el trabajo y el capital, y están demás la especulación y la usura. En la actual situación los humanistas luchan porque la absurda relación que ha existido entre esos dos factores sea totalmente transformada. Hasta ahora se ha impuesto que la ganancia sea para el capital y el salario para el trabajador, justificando tal desequilibrio con el “riesgo” que asume la inversión... como si todo trabajador no arriesgara su presente y su futuro en los vaivenes de la desocupación y la crisis. Pero, además, está en juego la gestión y la decisión en el manejo de la empresa. La ganancia no destinada a la reinversión en la empresa, no dirigida a su expansión o diversificación, deriva hacia la especulación financiera. La ganancia que no crea nuevas fuentes de trabajo, deriva hacia la especulación financiera. Por consiguiente, la lucha de los trabajadores ha de dirigirse a obligar al capital a su máximo rendimiento productivo. Pero esto no podrá implementarse a menos que la gestión y dirección sean compartidas. De otro modo, ¿cómo se podría evitar el despido masivo, el cierre y el vaciamiento empresarial? Porque el gran daño está en la subinversión, la quiebra fraudulenta, el endeudamiento forzado y la fuga del capital, no en las ganancias que se puedan obtener como consecuencia del aumento en la productividad. Y si se insistiera en la confiscación de los medios de producción por parte de los trabajadores, siguiendo las enseñanzas del siglo XlX, se debería tener en cuenta también el reciente fracaso del socialismo real.

En cuanto a la objeción de que encuadrar al capital, así como está encuadrado el trabajo, produce su fuga a puntos y áreas más provechosas ha de aclararse que esto no ocurrirá por mucho tiempo más ya que la irracionalidad del esquema actual lo lleva a su saturación y crisis mundial. Esa objeción, aparte del reconocimiento de una inmoralidad radical desconoce el proceso histórico de la transferencia del capital hacia la banca resultando de ello que el mismo empresario se va convirtiendo en empleado sin decisión dentro de una cadena en la que aparenta autonomía. Por otra parte, a medida que se agudice el proceso recesivo, el mismo empresariado comenzará a considerar éstos puntos.

Los humanistas sienten la necesidad de actuar no solamente en el campo laboral sino también en el campo político para impedir que el Estado sea un instrumento del capital financiero mundial, para lograr que la relación entre los factores de la producción sea justa y para devolver a la sociedad su autonomía arrebatada.


II. La democracia formal y la democracia real


Gravemente se ha ido arruinando el edificio de la democracia al resquebrajarse sus bases principales: la independencia entre poderes, la representatividad y el respeto a las minorías.

La teórica independencia entre poderes es un contrasentido. Basta pesquisar en la práctica el origen y composición de cada uno de ellos, para comprobar las íntimas relaciones que los ligan. No podría ser de otro modo. Todos forman parte de un mismo sistema. De manera que las frecuentes crisis de avance de unos sobre otros, de superposición de funciones, de corrupción e irregularidad, se corresponden con la situación global, económica y política, de un país dado.

En cuanto a la representatividad. Desde la época de la extensión del sufragio universal se pensó que existía un solo acto entre la elección y la conclusión del mandato de los representantes del pueblo. Pero a medida que ha transcurrido el tiempo se ha visto claramente que existe un primer acto mediante el cual muchos eligen a pocos y un segundo acto en el que estos pocos traicionan a los muchos, representando a intereses ajenos al mandato recibido. Ya ese mal se incuba en los partidos políticos reducidos a cúpulas separadas de las necesidades del pueblo. Ya, en la máquina partidaria, los grandes intereses financian candidatos y dictan las políticas que éstos deberán seguir. Todo esto evidencia una profunda crisis en el concepto y la implementación de la representatividad.

Los humanistas luchan para transformar la práctica de la representatividad dando la mayor importancia a la consulta popular, el plebiscito y la elección directa de los candidatos. Porque aún existen, en numerosos países, leyes que subordinan candidatos independientes a partidos políticos, o bien, subterfugios y limitaciones económicas para presentarse ante la voluntad de la sociedad. Toda Constitución o ley que se oponga a la capacidad plena del ciudadano de elegir y ser elegido, burla de raíz a la democracia real que está por encima de toda regulación jurídica. Y, si se trata de igualdad de oportunidades, los medios de difusión deben ponerse al servicio de la población en el período electoral en que los candidatos exponen sus propuestas, otorgando a todos exactamente las mismas oportunidades. Por otra parte, deben imponerse leyes de responsabilidad política mediante las cuales todo aquel que no cumpla con lo prometido a sus electores arriesgue el desafuero, la destitución o el juicio político. Porque el otro expediente, el que actualmente se sostiene, mediante el cual los individuos o los partidos que no cumplan sufrirán el castigo de las urnas en elección futura, no interrumpe en absoluto el segundo acto de traición a los representados. En cuanto a la consulta directa sobre los temas de urgencia, cada día existen más posibilidades para su implementación tecnológica. No es el caso de priorizar las encuestas y los sondeos manipulados, sino que se trata de facilitar la participación y el voto directo a través de medios electrónicos y computacionales avanzados.

En una democracia real debe darse a las minorías las garantías que merece su representatividad pero, además, debe extremarse toda medida que favorezca en la práctica su inserción y desarrollo. Hoy, las minorías acosadas por la xenofobia y la discriminación piden angustiosamente su reconocimiento y, en ese sentido, es responsabilidad de los humanistas elevar este tema al nivel de las discusiones más importantes encabezando la lucha en cada lugar hasta vencer a los neofascismos abiertos o encubiertos. En definitiva, luchar por los derechos de las minorías es luchar por los derechos de todos los seres humanos.

Pero también ocurre en el conglomerado de un país que provincias enteras, regiones o autonomías, padecen la misma discriminación de las minorías merced a la compulsión del Estado centralizado, hoy instrumento insensible en manos del gran capital. Y esto deberá cesar cuando se impulse una organización federativa en la que el poder político real vuelva a manos de dichas entidades históricas y culturales.

En definitiva, poner por delante los temas del capital y el trabajo, los temas de la democracia real, y los objetivos de la descentralización del aparato estatal, es encaminar la lucha política hacia la creación de un nuevo tipo de sociedad. Una sociedad flexible y en constante cambio, acorde con las necesidades dinámicas de los pueblos hoy por hoy asfixiados por la dependencia.


III. La posición humanista


La acción de los humanistas no se inspira en teorías fantasiosas acerca de Dios, la Naturaleza, la Sociedad o la Historia. Parte de las necesidades de la vida que consisten en alejar el dolor y aproximar el placer. Pero la vida humana agrega a las necesidades su previsión a futuro basándose en la experiencia pasada y en la intención de mejorar la situación actual. Su experiencia no es simple producto de selecciones o acumulaciones naturales y fisiológicas, como sucede en todas las especies, sino que es experiencia social y experiencia personal lanzadas a superar el dolor actual y a evitarlo a futuro. Su trabajo, acumulado en producciones sociales, pasa y se transforma de generación en generación en lucha continua por mejorar las condiciones naturales, aún las del propio cuerpo. Por esto, al ser humano se lo debe definir como histórico y con un modo de acción social capaz de transformar al mundo y a su propia naturaleza. Y cada vez que un individuo o un grupo humano se impone violentamente a otros, logra detener la historia convirtiendo a sus víctimas en objetos “naturales”. La naturaleza no tiene intenciones, así es que al negar la libertad y las intenciones de otros, se los convierte en objetos naturales, en objetos de uso.

El progreso de la humanidad, en lento ascenso, necesita transformar a la naturaleza y a la sociedad eliminando la violenta apropiación animal de unos seres humanos por otros. Cuando esto ocurra, se pasará de la prehistoria a una plena historia humana. Entre tanto, no se puede partir de otro valor central que el del ser humano pleno en sus realizaciones y en su libertad. Por ello los humanistas proclaman: “Nada por encima del ser humano y ningún ser humano por debajo de otro”. Si se pone como valor central a Dios, al Estado, al Dinero o a cualquier otra entidad, se subordina al ser humano creando condiciones para su ulterior control o sacrificio. Los humanistas tienen claro este punto. Los humanistas son ateos o creyentes, pero no parten de su ateísmo o de su fe para fundamentar su visión del mundo y su acción. Parten del ser humano y de sus necesidades inmediatas. Y, si en su lucha por un mundo mejor creen descubrir una intención que mueve la Historia en dirección progresiva, ponen esa fe o ese descubrimiento al servicio del ser humano.

Los humanistas plantean el problema de fondo: saber si se quiere vivir y decidir en qué condiciones hacerlo.

Todas las formas de violencia física, económica, racial, religiosa, sexual e ideológica, merced a las cuales se ha trabado el progreso humano, repugnan a los humanistas. Toda forma de discriminación manifiesta o larvada, es un motivo de denuncia para los humanistas.

Los humanistas no son violentos, pero por sobre todo no son cobardes ni temen enfrentar a la violencia porque su acción tiene sentido. Los humanistas conectan su vida personal, con la vida social. No plantean falsas antinomias y en ello radica su coherencia.

Así está trazada la línea divisoria entre el Humanismo y el Anti-humanismo. El Humanismo pone por delante la cuestión del trabajo frente al gran capital; la cuestión de la democracia real frente a la democracia formal; la cuestión de la descentralización, frente a la centralización; la cuestión de la antidiscriminación, frente a la discriminación; la cuestión de la libertad frente a la opresión; la cuestión del sentido de la vida, frente a la resignación, la complicidad y el absurdo.

Porque el Humanismo se basa en la libertad de elección, posee la única ética valedera del momento actual. Así mismo, porque cree en la intención y la libertad distingue entre el error y la mala fe, entre el equivocado y el traidor.

IV. Del Humanismo ingenuo al humanismo consciente

Es en la base social, en los lugares de labor y habitación de los trabajadores donde el Humanismo debe convertir la simple protesta en fuerza consciente orientada a la transformación de las estructuras económicas.

En cuanto a los miembros combativos de las organizaciones gremiales y los miembros de partidos políticos progresistas, su lucha se hará coherente en la medida en que tiendan a transformar las cúpulas de las organizaciones en las que están inscriptos dándole a sus colectividades una orientación que ponga en primer lugar, y por encima de reivindicaciones inmediatistas, los planteos de fondo que propicia el Humanismo.

Vastas capas de estudiantes y docentes, normalmente sensibles a la injusticia, irán haciendo consciente su voluntad de cambio en la medida en que la crisis general del sistema los afecte. Y, por cierto, la gente de Prensa en contacto con la tragedia cotidiana está hoy en condiciones de actuar en dirección humanista al igual que sectores de la intelectualidad cuya producción está en contradicción con las pautas que promueve este sistema inhumano.

Son numerosas las posturas que, teniendo por base el hecho del sufrimiento humano, invitan a la acción desinteresada a favor de los desposeídos o los discriminados. Asociaciones, grupos voluntarios y sectores importantes de la población se movilizan, en ocasiones, haciendo su aporte positivo. Sin duda que una de sus contribuciones consiste en generar denuncias sobre esos problemas. Sin embargo, tales grupos no plantean su acción en términos de transformación de las estructuras que dan lugar a esos males. Estas posturas se inscriben en el Humanitarismo más que en el Humanismo consciente. En ellas se encuentran ya protestas y acciones puntuales susceptibles de ser profundizadas y extendidas.


V. El campo antihumanista


A medida que las fuerzas que moviliza el gran capital van asfixiando a los pueblos, surgen posturas incoherentes que comienzan a fortalecerse al explotar ese malestar canalizándolo hacia falsos culpables. En la base de estos neofascismos está una profunda negación de los valores humanos. También en ciertas corrientes ecologistas desviatorias se apuesta en primer término a la naturaleza en lugar del hombre. Ya no predican que el desastre ecológico es desastre, justamente, porque hace peligrar a la humanidad sino porque el ser humano ha atentado contra la naturaleza. Según algunas de estas corrientes, el ser humano está contaminado y por ello contamina a la naturaleza. Mejor sería, para ellos, que la medicina no hubiera tenido éxito en el combate con las enfermedades y en el alargamiento de la vida. “La Tierra primero”, gritan histéricamente, recordando las proclamas del nazismo. Desde allí a la discriminación de culturas que contaminan, de extranjeros que ensucian y polucionan, hay un corto paso. Estas corrientes se inscriben también en el anti-humanismo porque en el fondo desprecian al ser humano. Sus mentores se desprecian a sí mismos, reflejando las tendencias nihilistas y suicidas a la moda.

Una franja importante de gente perceptiva también adhiere al ecologismo porque entiende la gravedad del problema que este denuncia. Pero si ese ecologismo toma el carácter humanista que corresponde, orientará la lucha hacia los promotores de la catástrofe, a saber: el gran capital y la cadena de industrias y empresas destructivas, parientes próximas del complejo militar-industrial. Antes de preocuparse por las focas se ocupará del hambre, el hacinamiento, la mortinatalidad, las enfermedades y los déficits sanitarios y habitacionales en muchas partes del mundo. Y destacará la desocupación, la explotación, el racismo, la discriminación y la intolerancia, en el mundo tecnológicamente avanzado. Mundo que, por otra parte, está creando los desequilibrios ecológicos en aras de su crecimiento irracional.

No es necesario extenderse demasiado en la consideración de las derechas como instrumentos políticos del Anti-humanismo. En ellas la mala fe llega a niveles tan altos que, periódicamente, se publicitan como representantes del “Humanismo”. En esa dirección, no ha faltado tampoco la astuta clerigalla que ha pretendido teorizar sobre la base de un ridículo “Humanismo Teocéntrico” (?). Esa gente, inventora de guerras religiosas e inquisiciones; esa gente que fue verdugo de los padres históricos del humanismo occidental, se ha arrogado las virtudes de sus víctimas llegando inclusive a “perdonar los desvíos” de aquellos humanistas históricos. Tan enorme es la mala fe y el bandolerismo en la apropiación de las palabras que los representantes del Anti-humanismo han intentado cubrirse con el nombre de “humanistas”.

Sería imposible inventariar los recursos, instrumentos, formas y expresiones de que dispone el Anti-humanismo. En todo caso esclarecer sobre sus tendencias más solapadas contribuirá a que muchos humanistas espontáneos o ingenuos revisen sus concepciones y el significado de su práctica social.


VI. Los frentes de acción humanista


El Humanismo organiza frentes de acción en el campo laboral, habitacional, gremial, político y cultural con la intención de ir asumiendo el carácter de movimiento social. Al proceder así, crea condiciones de inserción para las diferentes fuerzas, grupos e individuos progresistas sin que éstos pierdan su identidad ni sus características particulares. El objetivo de tal movimiento consiste en promover la unión de fuerzas capaces de influir crecientemente sobre vastas capas de la población orientando con su acción la transformación social.

Los humanistas no son ingenuos ni se engolosinan con declaraciones propias de épocas románticas. En ese sentido, no consideran sus propuestas como la expresión más avanzada de la conciencia social, ni piensan a su organización en términos indiscutibles. Los humanistas no fingen ser representantes de las mayorías. En todo caso, actúan de acuerdo a su parecer más justo apuntando a las transformaciones que creen más adecuadas y posibles en este momento que les toca vivir.

jueves, 17 de febrero de 2011

UN NUEVO HORIZONTE ESPIRITUAL

Gabriel Yastrubni

Los ´90 fueron años, en contraste con este momento, que se caracterizaron por lo material, por un neoliberalismo a ultranza, donde, como nunca antes las personas entraron en una vorágine consumista de no parar, hasta llegar a medir su felicidad por la cantidad de bienes. Pero la crisis ha golpeado y hoy el sistema “Shopping” parece dejar un vacío importante.




Pressenza Pressenza International Press Agency Buenos Aires, 2/16/11

Ahora las personas están más permeables, más abiertas y emotivas y se habla de religión, Dios, lo sagrado o cualquier creencia en general, sin tantos tapujos. Con sólo observar la capacidad de los musulmanes de morir en nombre de Alá y atentar en cualquier parte del mundo contra intereses “infieles”, se comprende que esta etapa trasciende lo material, una fuerza mayor hace que miles de personas dejen su vida por su Dios. Todo se endurece, se fanatiza. Es por esto que el Islam es una religión activa, que va en crecimiento, que moviliza a sus creyentes. No por nada la llegada de un Papa mucho mas fundamentalista, como Benedicto XVI, para estas épocas tan confusas y de tanta rivalidad religiosa.

En Occidente el proceso es diferente. En Brasil el éxodo de fieles del catolicismo, como también en toda Latinoamérica, preocupa en El Vaticano. Este fenómeno no se da por que la gente deje de creer, sino por dos factores.

En principio la crisis que atraviesa la Iglesia Católica, quien parece quedarse en el tiempo, y en segundo lugar el gran crecimiento del evangelismo. Según el CERIS, en el país católico más grande del mundo el porcentaje de fieles de esa religión cayó de un 78 % a un 68 % en los últimos 15 años.

En la Argentina el proceso es similar al brasilero, el evangelismo crece de manera vertiginosa, como también cientos de credos y creencias nuevas para muchos. En nuestro país, fueron inscriptos 900 nuevos cultos en el registro nacional, en total suman 3634 entidades religiosas, aunque también diferentes ramas del Cristianismo, algunos templos Budistas, Hinduistas y otros de procedencia oriental

Según una encuesta de D”alessio Irol, El porcentaje dentro del Catolicismo y el Judaísmo de los que se consideran “practicantes” no llega al 20 %, mientras que en el Evangelismo, el Budismo o el Islam va del 50 al 70 %. Estos números denotan una gran diferencia entre el judeo-catolicismo que domina en occidente, cuyos fieles en su mayoría no practican su credo, sino que lo continúan de generación en generación sin darle demasiada importancia; y que de alguna manera son religiones mas cercanas al poder y a una forma de vida mas materialista en la actualidad occidental. En cambio las religiones orientales y los evangelistas se encuentran en movimiento.

En la década anterior se escuchaba a viva voz “el fin de las religiones”, un racionalismo triunfante durante los últimos doscientos años lo hacia mas que creíble, avalado por el crecimiento de lo científico y lo tecnológico como verdad absoluta. Sin embargo el “no necesitamos de las religiones” parece acercarse a su fin con el mismo racionalismo, lo religioso crece cada vez mas, la búsqueda de lo trascendente atraviesa a la sociedad toda durante estos tiempos.

Silo, pensador y filosofo humanista argentino, había anticipado en 1993 que el mundo se encontraba en una etapa pre-religiosa: “Las etapas prerreligiosas son confusas, podemos comparar en sus características al núcleo de ensueño de los individuos cuando se está transformando: siente que busca otra cosa pero aún no ha muerto el sistema de intereses del que proviene. Las cosas importantes las considera pero ya no motivan. No se ha terminado la etapa anterior y la nueva no se reconoce aún. Es la etapa interna en la que se vienen abajo cosas. Las valoraciones cambian, las propias prioridades cambian. Se buscan cosas que no se sabe qué son y además se sabe que las cosas de atrás no son. En estos fenómenos prerreligiosos se tiene la experiencia de que la voluntad personal no es suficiente; y hoy entre tanta confusión podemos afirmar que estamos acercándonos a un momento religioso”.

Hoy a 18 años de esa charla, la etapa religiosa se vislumbra; Silo se diferencia de las religiones clásicas, al hablar de una “religiosidad interna”, una religiosidad de la propia experiencia, tomando lo “sagrado” dentro del hombre, no predicando un registro ajeno, algo externo, sino lo religioso como algo que cualquier ser humano puede encontrar por el camino de la humilde meditación.

En su ultima aparición publica, en mayo de 2010 en el Parque de estudio y reflexión Manantiales (Chile), Silo afirmó: “Esta naciendo un nuevo horizonte espiritual, mientras todo se desestructura y comienzan los desbordes. Se está abriendo otra frontera mental, una nueva espiritualidad”, luego agregó: “Si hay un nuevo horizonte no nos vamos a poder ubicar en esta nueva situación con cosas de otra época, que además nadie quiere".

El mismo Silo, explica en La religión interior (1973) “Todas las religiones parten hablando de dios, colocándolo fuera del hombre, por encima del hombre. Las religiones externas han cumplido su ciclo y el dios externo, al no ser encontrado, se ha desvanecido como un espejismo. La Religión Interior explica que dios se hace presente en el corazón del ser humano, que dios surge como producto de la experiencia interna. Esto es de gran importancia: el hombre en su desarrollo termina creando a dios a su imagen y semejanza y no a la inversa. Según el desarrollo del hombre, lo divino se expresa en su interior con mayor o menor evidencia. Todo queda reducido a un problema de experiencia interna y no a un dogma. Las religiones anteriores han reflejado los pasos evolutivos de la humanidad desde las cavernas y el terror a las fuerzas naturales, hasta el mundo contemporáneo en el que ya se manejan las leyes físicas sin necesidad de dios. Hoy el científico no necesita de un dios externo para explicar el mundo, pero ese científico al escuchar en el silencio del trabajo su voz interior, descubre en si mismo la experiencia de lo sagrado. Es una religión y no una ciencia. Comprendamos que una cosa no se opone a la otra pero son distintas entre sí. Así como deberíamos comprender que el amor no tiene por qué oponerse a la razón, como tantas veces y tan falsamente nos han explicado”.

El hombre vuelve a relacionarse con la espiritualidad, tras 200 años de racionalismo, 200 años después de que Frendrich Nietzsche anunciase la muerte de Dios.

Durante su conferencia sobre “El tema de dios”, Silo explica lo siguiente: “Se podrá decir que lo que hoy se observa es un simple crecimiento de la superstición, o un rasgo cultural de pueblos que al defender su identidad vuelven con fanatismo a sus libros sagrados y a sus liderazgos espirituales. Se podrá decir, en sentido pesimista y de acuerdo con ciertas interpretaciones históricas, que todo ello significa un regreso a oscuras edades. Como cada cual prefiera, pero el asunto permanece y eso es lo que cuenta. La implicación que tiene el desplazamiento de la creencia sobre dios es de consecuencias enormes porque arrastra tras de sí a todo un sistema de valores, por lo menos en el Occidente y en la época en que escribe Nietzsche. Por otra parte, esa “pleamar del nihilismo” que este autor predice para los tiempos venideros, tiene como trasfondo su anunciada muerte de Dios. Para el caso daba igual que un sistema de pensamiento se aplicara en dirección idealista o materialista porque su entramado, su metodología de conocimiento y acción, era estrictamente racional y, en todo caso, no daba cuenta de la totalidad de la vida Así las cosas, conceptos como intencionalidad, apertura, historicidad de la conciencia, intersubjetividad, horizonte, etc., son de reciente precisión en el campo de las ideas, y con ellos se ha dado cuenta de la estructura no de la vida en general, sino de la “vida humana”, resultando de todo esto una definición radicalmente diferente a la del “animal racional”.

Nietzsche buscando algo que pudiera superar a su “último hombre” del siglo XIX construyó un Superhombre que, como en las más recientes leyendas del Golem, echó a andar sin control destruyendo todo a su paso. Se puso en pie el irracionalismo y la “Voluntad de Poderío” como máximo valor, constituyendo el trasfondo ideológico de una de las mayores monstruosidades que recuerda la historia.

El “Dios ha muerto” no pudo ser resuelto o superado por una nueva y positiva fundamentación de los valores. Y las grandes construcciones del pensamiento quedaron ya clausuradas en la primera parte de este siglo XX sin lograr ese cometido

¿En qué cree ya el ser humano? ¿Acaso en nuevas alternativas de vida? ¿O se deja llevar en una corriente que le parece irresistible y que no depende para nada de su intención?

Si, en cambio, Dios ha muerto en el corazón de las religiones podemos estar seguros que ha de revivir en una nueva morada como nos enseña la historia de los orígenes de toda civilización, y esa nueva morada estará en el corazón del ser humano muy lejos de toda institución y de todo poder.”

Esto es lo que se viene, no crecen las religiones, lo que aumenta es la espiritualidad en el ser humano, como una necesidad. Próximamente, quizá todos los ámbitos del quehacer humano estén teñidos de cierta forma por algo espiritual. Eso es lo que esta creciendo.

Las diferencias entre Occidente y oriente son abismales. No hay comparación posible, más que nada en las valoraciones y formas de práctica, es otro paisaje. Pero para occidente esto es todo nuevo, como aclaraba Silo, en estos últimos tiempos: “Cambio el mundo”.

En la calle este nuevo momento espiritual se percibe, seguramente sin dirección alguna, cuando la gente se acerca a la onda New Age, al Yoga, Reiki, entre otras practicas y mezclas orientales. Combinaciones de filosofía, arte, música y espiritualidad. Hoy se dan casos en donde una persona le reza a algún santo, ve a un pastor evangelista en TV, lee al Sai Baba, basa sus conductas en los principios de Silo, estudia Kaballah, pasando previamente por una clase de yoga.

Hoy la gente vuelve a acercarse a lo religioso. Se acerca pero de otro modo. El vacío de la etapa anterior ha producido una atmósfera de sin sentido, de caos, de violencia, de pobreza, no solo económica sino interna; la cual lleva al ser humano a buscar un sentido mas allá del mundano, mas allá de su rutina, quizás algo mas elevado. En ese contexto de crisis y búsqueda profunda, aparece esta etapa religiosa.

Nos vamos alejando de la edad moderna, y asistimos a un mundo en crisis que ya no se mueve por ideas. En ese contexto todos los que queremos cambiar este mundo, para convertirlo en un lugar mas justo y no-violento, donde el ser humano sea lo mas importante, nos debemos una reflexión.

Las religiones históricas no podrán aprovechar para si esta etapa religiosa que se viene, por que el Ser Humano esta frente a la posibilidad histórica de darse cuenta quien es realmente. Esta a punto de darse cuenta que en el centro de su corazón habita un Dios. Y si el Ser Humano encuentra lo Sagrado dentro de si, él y su medio cambiaran abruptamente.

Como dice el Maestro Silo en 2004, en Punta de Vacas: “Yo quiero compartir con todos esta certeza profunda que dice: “lo Sagrado está en nosotros y nada malo puede ocurrir en esta búsqueda profunda de lo Innombrable”. Creo que algo muy bueno ocurrirá cuando los seres humanos encuentren el Sentido tantas veces perdido y tantas veces reencontrado en los recodos de la Historia. Yo quisiera, amigos, que se escuchara el Mensaje de lo Profundo. No es un Mensaje estridente, es un mensaje muy quedo que no se puede escuchar cuando se lo quiere atrapar. Yo quisiera, amigos, transmitir la certeza de la inmortalidad. Pero, ¿cómo podría lo mortal generar algo inmortal? Tal vez deberíamos preguntarnos sobre cómo es posible que lo inmortal genere la ilusión de la mortalidad”.

Por ultimo desde el Nuevo Humanismo, observamos a la espiritualidad y a la No-violencia como conceptos inseparables y que cuando se los separa o se deja de lado alguno de ellos, pierden su profundo significado transformador. La no-violencia contiene entonces, un profundo contenido espiritual, entendiendo a este, como aquel valor que conecta la acción social y personal con las más profundas y valiosas aspiraciones humanas.

-Referencias bibliográficas:

CERIS: Centro de estadísticas religiosas e investigación social Encuesta de D”alessio irol para la revista “Selecciones” – Buenos Aires, Argentina

“Características de una etapa pre-religiosa”, Silo 1993 “El tema de dios”, Silo 1995 Charla de Silo, Parque de estudio y reflexión “Los Manantiales”, Mayo 2010. “Arenga 2004”, Silo, Punta de Vacas, Mendoza, Argentina, Mayo 2004. “No-Violencia y espiritualidad”, Libro de La Comunidad para el desarrollo humanos, ed. 2010 “La religión interior”, Silo 1973.